Del almacén de Ezequiel Guzmán y otras historias

Ezequiel Guzman Rodríguez (1879-1975) tenía el único almacén que existía en Concepción antes de 1940. Estaba localizado en lo que hoy es la propiedad de Juan Ramón al lado de José Araya.

Ezequiel se casó con María Luisa Ulate Ramos (1884-) en 1901 en San Ramón. El padre de Ezequiel fue Juan de Dios Guzmán Quesada y su madre María Livoria Angelina Rodríguez Pérez, casados en San Ramón en 1878 (ver Figura 1). Los padres de Luisa fueron Pedro Ulate y María Ramos Campos casados en Heredia en 1876.

Figura 1. Acta de matrimonio de Juan de Dios Guzmán Quesada con María Livoria Angelina Rodríguez Pérez.

En el almacén de Ezequial había una balanza que la gente usaba para pesarse. Ezequiel hacía viajes frecuentes a San José para ordenar la mercadería. Ezequiel se quedaba en San José en el Hotel Costa Rica mientras hacia las compras. La mercadería la traían en tren hasta la estación de Río Grande de Atenas y de ahí la transportaban con bueyes y carretas hasta Concepción. Tiempo después cuando ya había caminos transitables hasta Naranjo, los productos para vender en el almacén los traían hasta Candelaria de Naranjo en camiones y los dejaban en la pulpería de Herminio Cordero y de ahí traían los productos en carretas de bueyes hasta Concepción. En la pulpería o almacen vendían de todo, hasta ropa.

Pulpería de Herminio Cordero Corrales en Candelaria de Naranjo. Circa 1940. Fuente: Torres, J.L. 2007. Naranjo y su Historia (1835-2004). UNED. San José, Costa Rica.

Roberto Rojas era un señor vivía cerca del almacén de Ezequiel. Los hijos de Roberto tuvieron un desacuerdo muy grande con los hijos de Nicomedes Varela, otro vecino de Ezequiel. Nicomedes se fue a reclamarle a Roberto pero este terminó pegándolo 6 tiros. Al saber lo que pasó, los hijos de Roberto sorprendidos le dijeron: “¡Papá parece que lo mataste!” A lo que él respondió, “¿No tienen más tiros para este hijueputa?”. Nicomedes caminó hasta la pulpería de Ezequiel Guzmán y ahí cayó muerto. En ese entonces el policía era Amado González y le dijo a Roberto que tenía que arrestarlo, pero Roberto dijo “a mí no me arresta nadie, yo me entregó solo”. Luego de que Roberto estuvo un tiempo en la cárcel, decidió irse para San Isidro del General para poner el pasado en el olvido.

Nicomedes fue también policía, pero no era muy querido por la gente porque era una persona muy difícil y temperamental. En cierta ocasión venía Nicomedes de jugar puros, vestido de blanco a caballo y al pasar por el frente de la pulpería de Ezequiel, Emilio Araya, quién era un muchachito apenas, le tiró un cachiflín. El caballo del susto botó a Nicomedes en un barrial que había al frente del almacén de Ezequiel. Al tiempo Emilio se topó con Nicomedes y le dijo: “si me quiere cuerear, adelante. Pero le recuerdo que usted va pa viejo y yo pa hombre, y algún día me desquitó”. Nicomedes lo pensó bien y dejó ir a Emilio, perdonándole la broma. Chalo Chavarría decía que Roberto Rojas se había ganado el cielo por dos lados: primero porque mató a Nicomedes y segundo porque donó el terreno del cementerio donde enterraron a Nicomedes.

Ezequiel Guzmán mató a Juan Moya. Hay dos versiones sobre la muerte de Juan Moya a manos de Ezequiel. La primera versión dice que fue en un turno que Ezequiel estando borracho mató a Juan porque tenían algún problema. Juan había sido nombrado jues de paz por la autoridad y Ezequiel parece le gustaba mucho el licor. Otra versión dice que al casarse los únicos hijos varones de Ezequiel y María Luisa (Juan de Dios y Osvaldo), el matrimonio se quedó con sus 9 hijas en la casa. En algún momento dado, se dice que Juan Moya quiso meterse en el almacén de Ezequiel por una ventana por lo que Ezequiel le disparó. Ezequiel se defendió ante la autoridad diciendo que le disparó a Juan Moya por defender a sus hijas. Lo que si es cierto, es que al morir Juan dejó esposa y 12 hijos, incluída Hortensia Moya que tenía sólo un 1 año de edad.

Otra familia que vivía cerca del almacén de Ezequiel Guzmán fue la de Eufracio Méndez, quién tenía muchos terrenos. Eufracio fue el fundador del apellido Méndez en Concepción. En un momento dado, sus hijos y su esposa le empezaron a meter pleito para quitarle los terrenos. Tanto fue el conflicto que uno de sus hijos, Moncho Méndez, le pasó por encima a Eufracio con la carreta con bueyes dejándolo muy mal herido. El señor Antonio Araya fue a visitar a Eufracio y le preguntó que como estaba, Eufracio respondió: “Ah hijo, muy mal, muy mal. Pero espérese Dios y la Virgen Santísima que pa los infiernos se van estos hijos de puta”. Tiempo después, cuentan que Moncho Méndez terminó con una pierna quebrada cuando en el rastro de San Ramón un toro se escapó con todo y soga. Moncho intentó detenerlo pero se enredó en la soga y resultó con la pierna quebrada. Cuando la gente se dio cuenta de lo que le había pasado a Moncho, dijeron: “ya está pagando la echada de carreta que le dio a Eufracio”.

El almacén de Ezequiel Guzmán fue muy importante en la economía y desarrollo del distrito. Desde articulos comestibles, ropa, juguetes, artículos de bazar, implementos agrícolas y herramientas, hasta medicinas y agroquímicos. De todo se encontraba en el almacén. Toda esta variedad y selección de artículos era una oportunidad para los moradores del distrito de tener acceso a muchos productos que de otra forma tenían que ir a buscar a San Ramón o hasta San José. Sin lugar a dudas, este almacén tuvo un rol importantísimo en la historia y desarrollo de Concepción.

Referencias

  • Quesada, H. 2019. Entrevista a José Luis Solórzano Guzmán. Concepción, San Ramón
  • Quesada, H. 2019. Entrevista a Antonio Araya e Isabel Quesada Ramírez. Concepción, San Ramón
  • Torres, J.L. 2007. Naranjo y su Historia (1835-2004). UNED. San José, Costa Rica.

Leyenda sobre el padre Pérez

Tomado del libro: Quesada Alvarado, A. 1995. Recordando la Historia de mi Pueblo San Ramón. Editorial UNED.

Concepción es hoy uno  de los principales distritos del cantón de San Ramón. Dicen las gentes del lugar que el camino real se hizo por seguir el rastro de una mula que se perdió y luego, tras sus huellas comenzó a pasar la gente para formar un pequeño caserío en esa zona alta, fresca, y soleada, excelente mirador de la ciudad de San Ramón.

La leyenda que aflora en el barrio es la siguiente: “En el año 1845, recién fundada la población de San Ramón, vivía el padre Luis Francisco Pérez en una finca. Al cura le gustaba mucho jugar, en toda oportunidad apostaba dinero, y en sus andanzas una noche se ganó cuarenta mil escudos, moneditas de oro puro. Tiempo después tuvo que trasladarse a Nicaragua para solucionar una delicada situación. Encargó a su hermano su propiedad y fortuna.

Un día de tantos, este hermano recibió la terrible noticia de que al señor cura le habían cortado la cabeza. Alguien lo hizo por sentimientos de celos. Fue tanto el sufrimiento, que la pena lo enfermó, y no hallaba que hacer con el oro que guardaba. Al fin decidió enterrarlo. En el trapiche había dos pailas: una grande y otra pequeña. En ésta depositó el oro y para que quedara más seguro, le embrocó la paila grande. No se sabe el lugar donde lo enterró. Poco tiempo después murió dejando en el misterio la botija de la gran fortuna.

Un día, un señor se encontraba a un lado del río, y vio a poca distancia a un padre sin cabeza, brincándose los guayabos. Se asustó tanto que salió huyendo, con el pelo parado, y los calzoncillos mojados, como si hubiese visto al propio diablo. Otros aseguran haber tenido ante sus ojos troncos echando chispas; y cuando alguien se arma de valor ante estas apariciones, pensando en el oro escondido, entonces las visiones desaparecen.

Una señora se encontraba sacando una flor de piñuela cuando escuchó un sonido fuerte, igual a cuando se vacía un montón de monedas. No vio nada; se asustó y se alejó corriendo.

Pero realmente el fantasma más importante de la leyenda es el “padre sin cabeza”, que sigue cuidando su tesoro apareciendo cuando éste peligra por la presencia cercana de algún humano. Muchas personas han buscado ese entierro tan codiciado a orillas del río La Prensa, pero todo esfuerzo ha sido infructuoso”.

Desfile de bueyes y carretas 2014

Este Domingo 7 de Diciembre del 2014 se realizó un desfile de bueyes y carretas como parte de las celebraciones de la Inmaculada Concepción. Aquí les dejamos algunas fotos del desfile gracias al aporte de algunos vecinos de la Comunidad. Si quieren publicar más fotos del desfile o las celebración del 8 de Diciembre, favor enviar a info@concedemoncho.com y con gusto las agregamos a esta página web.

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¡Tan lindo mi Conce!

¡Qué lindo que es mi Concepción! Entre más lugares y gente conozco, más arraigado y enamorado me siento del lugar que me vio crecer.  Sigamos haciendo de Conce un lugar cada día mejor.

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Río La Prensa

Mantener una sonrisa no cuesta mucho, decir buenos días y saludar no es pedir mucho. Saludar con un apretón de manos, un simple “eso”, un grito o un beso en la mejilla son costumbres que nos hacen únicos. A pesar de las muchas presiones sociales y económicas que tiene mi Conce, está en cada uno de nosotros (los que vivimos o los que somos de aquí) en seguir creyendo y luchando por este hermoso lugar.

Los partidos de fútbol en la plaza, las misas de los Domingos, los rezos por nuestros difuntos, las caminatas a la escuela, los 15 años, las filas en el Ebais o las tertulias de las tardes son momentos ideales para compartir y valorar lo que tenemos. No descuidemos a Conce, no tiremos basura, no desaprovechemos el agua, no nos volvamos indiferentes ante las calamidades de los más necesitados.

Cuesta La Venada

Cuesta La Venada

Sigamos yendo a la poza de los Tubos, sigamos caminando la cuesta de la Venada, seguimos adornando el asfalto con flores y aserrín para darle paso a la inmaculada Concepción en su visita anual a San Ramón Nonnato, seguimos yendo al río Grande a ver sus piedras majestuosas, sigamos yendo a pescar mojarras espinudas y resbalosas al río La Prensa, regresemos al trapiche mientras aun existan, sigamos yendo a mejenguear y a jugar bingo en los turnos. Hay mucho que hacer y hay mucho que disfrutar.

Lo más lindo que tenemos es nuestra propia gente, nuestra familia, nuestros compinches de la Escuela. No perdamos la oportunidad de convivir y compartir recuerdos, historias de nuestros antepasados. No olvidemos lo que somos, los que llegaron aquí a fundar tan linda comunidad. Hay muchos ejemplos aun en nuestro querido Conce de gente de muchos valores, don de servicio y de gran corazón. No olvidemos a nuestros viejitos, hay que visitarlos, hablar con ellos, escucharlos, pedirles que nos cuenten historias, darles las gracias por lo que hicieron y nos heredaron.

Y lo digo de nuevo: Entre más ando, entre más lugares y gente conozco, más valoro y apreció mi Concepción.  Les digo de verdad, ¡Cuídenos a Conce! Está en nosotros, en cada vecino mantenerlo y hacerlo cada día mejor para que los que vienen lo pueden disfrutar también.

Nuevo Edificio para la Escuela Manuel Quesada Bastos

En cuestión de horas un equipo de demolición removió el antiguo edificio de la Escuela Manuel Quesada Bastos. Ante la mirada atónica de los vecinos, las retroexcavadoras y equipo pesado removieron paredes, techos y hasta la plaza multiuso de la Escuela. Mientras tanto, los estudiantes estarán tomando sus lecciones en el Salón Comunal de Concepción en espera del nuevo edificio. Este nuevo edificio se estima en 80 millones de colones y se espera que en cuestión de meses está listo.

Construcción de nuevo edificio

Construcción de nuevo edificio

Dado que ya el edificio no existe, es importante hacer un recuento de la educación primaria en Concepción y en particular, la historia de la Escuela Manuel Quesada Bastos.

 

Orígenes de la educación primaria en Concepción

Según la colección de acuerdos, decretos, y resoluciones del gobierno de Costa Rica (1), en Concepción ya había maestro en el año 1896 y su nombre fue Guillermo Jovel.  Se indica otro nombramiento en ese mismo año como maestro para el señor Carlos Lobo. También se indica que el salario era de 35 colones por mes y para la plaza de maestra el salario eran 30 colones por mes (1). En el libro de don Arturo Moncada “Historia de San Ramón” publicado en 1917 indica que en 1900 don Jenaro Guzmán fue director y se indica además que había otro maestro muy probable la señora Orminta Volio (2 y 3).

Origen de Escuela Manuel Quesada Bastos

Estandarte de la Escuela Manuel Quesada Bastos

Estandarte de la Escuela Manuel Quesada Bastos

Según Jiménez Ugalde (4), el primer maestro que impartió clases en el caserío de Chaparral fue Angélica Rodríguez en 1918. Antes de existir el primer edificio oficial, se daban clases en casas de particulares como la de Manuel Quesada Bastos, Rafael Quesada y la de Ricardo Fallas.  Fue para el año 1923 que se erigió en distrito escolar el caserío de Chaparral el cual se denominó Pérez y este quedó adscrito al circuito quinto de la provincia de Alajuela (2). Según indica Jiménez Ugalde (4), la Escuela finalmente se traslado en 1938 de casas particulares al lugar que hoy ocupa, terreno donado por Manuel Quesada Bastos. El edificio era pequeño, de madera, y con una sola aula el cual fue construido gracias al aporte de los vecinos y algunos ciudadanos de la ciudad de San Ramón. Sin embargo no fue sino hasta el año 1949 que oficialmente la Escuela recibe el nombre de Manuel Quesada Bastos en lugar de Escuela de Pérez (4).

Antes de 1957, la educación que se impartía era muy resumida y los estudiantes solo aprendían el ciclo básico (primero, segundo y tercer grado). Después de este año se incrementa el ciclo de aprendizaje al incluir cuarto, quinto, y sexto año. Con esta ampliación, se procede entonces a entregar certificados o diplomas de cumplimiento del ciclo de aprendizaje. Además en este mismo año se incorporan las clases de religión (4).

Maestros destacados de la Escuela Manuel Quesada Bastos

En 1924 nace en Concepción el maestro Helí Santamaría hijo de Enrique Santamaría y Euquídea Navarro. El maestro Helí Santamaría pasó a ser famoso por salvar la vida de dos de sus alumnos en las crecidas aguas del Río San Carlos en Muelle de San Carlos en el año 1946, lamentablemente el murió en el rescate. En honor a su memoria como maestro y héroe, la Escuela de Magallanes lleva su nombre.

A principios de la década de 1950 había una maestra de nombre Estrella que viajaba desde San Ramón a caballo y en 1951 la maestra fue Esperanza Soto quién era vecina de San Juan. Durante la década de 1960 y hasta mediados de 1970 fungió como maestra Doña Flor vecina de San Juan. Muchos de los vecinos actuales de Concepción entre 45 y 60 años la recuerdan con mucho cariño pero también con cierto resentimiento por sus técnicas de educación muy poco gentiles (le pegaba a los niños con una regla por la cabeza).

Después de doña Flor,  se incorporaron dos docentes: 1)Rodrigo Salazar, vecino de San Juan, quien estuvo como docente y Director hasta 1983 y 2) la muy querida niña Cristina Rojas, vecina de San Ramón, quién se mantuvo como maestra hasta principios de la década de 1990. En el año de 1983 se nombra como maestro el señor José María Bogantes en substitución de Rodrigo Salazar y se desempeña como maestro y Director hasta 1990. Cabe destacar que don José María le dio mucho impulso a la Escuela tanto en el aumento de matrícula, como en proyección hacia la comunidad, incluido el reclutamiento de estudiantes que no querían matricularse.

Después de don José María, vino en su lugar como Director Félix Jiménez Ugalde quien fungió como tal hasta 1998. Don Félix le dio continuidad a la obra de don José María y además se preocupó por hacer una reseña histórica de la Escuela (4). Después vendría el maestro y Director don José Ramón quien se mantuvo como tal hasta finales de la década del 2010.  Actualmente se desempeña como maestro y Director el señor Hernán Ramírez. Otros maestros destacados que impartieron lecciones durante la historia de la Escuela Manuel Quesada Bastos fueron (4):

  •  Álcida Zamora, 1919
  • Francisco Solano, 1920
  • Berta Lobo, 1921
  • Claudio Matamoros
  •  Mery Pereira
  • Aída Retana
  • Teresa Rodríguez
  • Josefina Rodríguez
  • Rafael Enrique González
  • Trina Villegas
  • Rafael Ángel Retana
  • Nely de González
  • Doña Marta Iris
  • Rafael Ángel Lara Portugués
  •  Aída Méndez Jiménez

Desarrollo de infraestructura de la Escuela

Desde 1896, año en que se tienen los primeros registros de educación primaria en Concepción, las clases se dieron en clases particulares como se apuntó anteriormente. En el caso del caserío de Chaparral fue hasta el año de 1938 cuando se construye la primera Escuela, la Escuela de Pérez. Este edificio se mantuvo hasta mediados de la década de 1960 en el terreno que habían donado los hijos e hijas de don Manuel Quesada Bastos. En su lugar se  construyó el último edificio en la administración de José Joaquín Trejos (1966-1970). Sin embargo la construcción y el establecimiento permanente en este mismo lugar no fue sencillo ya que algunos miembros de la comunidad propusieron el traslado de la Escuela al centro de Concepción (4).

Placa de dedicación del segundo edificio (1965-2013)

Placa de dedicación del segundo edificio (1965-2013)

Gracias al trabajo arduo del señor Eladio Quesada, presidente entonces de la Junta de Educación de la Escuela, se logró mantener la Escuela en el mismo lugar y además don Eladio gestionó con el diputado Arnulfo Carmona para conseguir materiales como cemento y arena (4) para complementar el aporte de la administración Trejos Fernández (estructura de las aulas). Este nuevo edificio contaba con dos aulas separadas por una pared de concreto. Paralelo a las aulas se hizo un pasillo techado y también una batería de baños. El comedor se mantuvo separado del nuevo edificio y era de madera en el cual la cocina estaba cerrada y el comedor solo tenía la pared trasera.

Vecinos de Calle Afuera posan en la recién construída plaza de la Escuela a mediados de 1970.

Vecinos de Calle Afuera posan en la recién construída plaza de la Escuela a mediados de 1970.

A principios de 1970, el señor Evencio Quesada Alpízar, hijo de don Manuel Quesada Bastos, donó un terreno aledaño a la Escuela para una futura plaza multi-uso y no fue sino hasta el año 1985 que se construye la cancha multiuso de la Escuela, un esfuerzo del patronato y de la comunidad. Además se reubicó el comedor escolar anexándolo al edificio principal.

A mediados de 1990 se decide substituir la pared divisoria de concreto de las aulas por una pared removible con el objetivo de crear un espacio más grande para realizar actos culturales o de graduación. A principios del año 2000 se agrega un aula adicional a las dos originales y además se empieza a ofrecer educación pre-escolar además de la enseñanza del idioma inglés.

Un día típico de clases en la Escuela Manuel Quesada Bastos en Marzo del 2011.

Un día típico de clases en el antiguo edificio de la Escuela Manuel Quesada Bastos en Marzo del 2011.

Referencias

* (1). Tipografía Nacional. 1897. Colección de Leyes, decretos, acuerdos y resoluciones: Costa Rica.

* (2). Echeverría Campos, T. 1966. Historia y geografía del cantón de San Ramón. Imprenta Nacional.

* (3) Oficial, 1904. Organización del personal docente de las escuelas primarias San José, Tipografía Nacional.

* (4). Jiménez Ugalde, F. 1992. Proyecto Monográfico Escolar Distrito Escolar Pérez. Dirección Regional Central, Subdirección San Ramón. Circuito 02